
En noviembre mi vieja me dijo “te gustan los personajes locos, por eso te buscaste uno así para tu vida”… y apareció Joe.
Básicamente desde fines de 2018, las tendencias de NETFLIX me dijeron que viera YOU una y otra vez y pensé que era una historia de amor “librero se enamora de la clienta y la trata de conquistar”… aburrido… Pero me dijeron que la viera y lo hice. Uno puede encontrarse con gente loquita por la vida, pero Dios te salve si te encontrás con un Joe Goldberg (Penn Bagdley).
Basada en el libro de Caroline Kepnes (2014) nos presenta la historia de Guinevere Beck (Elizabeth Lail). Chica linda, posiblemente lo que muchos denominarían rubia hueca, va a la librería y bum! sólo es linda y rubia, porque de hueca no tiene nada, solamente un par de daddy issues que hacen que se enamore del misterioso y lindo librero, que no sólo vende libros sino que conoce de ellos y tienen que reírse juntos del individuo que compra libros de Dan Brown a escondidas (sí, me tocó una fibra interna porque los leí casi todos) y ahí se desencadena la love story.
Si los personajes están bien desarrollados o no, no sabría decirte, pero es imposible no enamorarse de la pobre Beck, cómo no nos vamos a sentir atraídos por la chica hermosa de sonrisa angelical que viene de una familia muy disfuncional (el que no lo haga que tire la primera piedra) de la que se avergüenza, no sabe elegir ni novios, ni amigas, ni directores de tesis, no tiene donde caerse muerta, PERO ES INTELIGENTE Y TALENTOSA (aparentemente porque casi, casi que no sabemos de qué escribe), y quiere convertirse en una escritora famosa usando todos esos contras a su favor(incluso un falso padre muerto y un par de perritos fallecidos).
Y después tenemos a Joe, suerte que un Joe en off nos cuenta todo lo que está pensando porque sino con su cara de buenazo y sus ojos negros de gatito de Shrek no te darías cuenta, hasta que se chifla y saca toda su artillería de Stalker profesional para hacer que Beck se enamore de él, y lo logra sin escatimar recursos en el camino, ni cadáveres.
Los personajes secundarios son punto y aparte: Paco (Luca Padovan), que hace que incluso odiando a Joe nos genere un poco de ternura, y Peach (Shay Mitchell) que es odiable de por sí y uno no sabe bien si ponerse bien o mal con su desenlace. El resto, bastante desapercibidos pasan.
La historia atrapa en un principio, los primeros 4 capítulos no dan ganas de soltar, querés que se enamoren porque claro, si no se enamoran la historia no va a ningún lado, aún que ya desde el primer momento sabés que no va a terminar bien, pero hay que ver qué tan mal termina cuando el protagonista es un enamorado acosador que se dispone a eliminar todo obstáculo que se interponga en su futura relación y en el éxito de su amada escritora wannabe. Lamentablemente en el medio pierde ritmo, no porque no pasen cosas sino porque las que pasan tal vez sobran; historias de amor paralelas al mejor estilo comedia romántica (chica conoce chico y se desenamora, chico se entera y se aleja para que chica se dé cuenta lo que perdió y vuelva no sin antes encontrar otra chica en el intertanto) hacen que se pierda un poco lo vertiginoso de la historia.
Tal vez este intermedio es necesario para ver qué tan ingenua es Beck (y todo New York, porque nadie investiga NADA alrededor de los crímenes que rodean la historia) y qué tan malo puede ser Joe, que nos jura que todo lo que hace lo hace por amor. Por suerte, los últimos dos capítulos son un remolino de acontecimientos que hacen que nos olvidemos del ritmo perdido en el medio y que no podamos soltar porque claramente lo único que interesa ahora es ver hasta dónde llega la locura, de los dos, porque Beck, que ya dije que es inteligente nos muestra un pequeño indicio de Estocolmo que desorienta.
Hasta casi el último momento de la serie me incomoda la inexistencia de algún tipo de investigación de las muertes (porque hay varias) y la estrategia de Joe para que no se descubran no es de lo mejor, pero hay segunda temporada anunciada para diciembre (independiente del libro de Kepens) y espero que esos cabos sueltos se investiguen en vez de comenzar una historia completamente independiente… veremos qué pasa.
Por suerte, termina mal, muy mal, no soy muy fan de los finales felices y de hecho es el tipo de desenlace que la historia merece. No amerita un happily ever after y no lo tiene; y me alegra (y espero que a ustedes también) porque los finales felices para hacer que el espectador siga confiando en que hay esperanza en el mundo cuando TODO lo anterior fue un caos, no me gustan.
Serie pochoclera, entretenida, retorcida y disfrutable si, como a mí, les gustan los personajes locos.